La canción de la Oscuridad: El camino hacia Thorx

**Hinaiseki** Jue Mayo 22, 2008 7:54 am

Bueno, aquí comienza nuestra partida... Yo interpretaré al malo cuando sea necesario y a la narración. Para el malo usaré negrita y para las narraciones la cursiva ^_^... Ahora que cada cual intente introducirse como pueda
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En algún lugar del norte del Reino del Este...

-¿Mal día, Fern?- preguntó el posadero a un hombre con ropas de campesino.
-Ha sido un día duro: estamos intentando segar la cosecha que ya esté madura, pero poco hay...
-¿Así que los rumores son ciertos?
-Supongo, el rey ha ordenado recoger todas las provisiones posibles y matar ganado para salar carne y conservarla...

El posadero continuó sirviendo a otros clientes: la posada El Cruce estaba rebosar por las tardes porque todos los campesinos y ganaderos de la zona iban a beber tras el trabajo y, además, estaban empezando a llegar viajeros del Reino del Oeste con noticias extrañas.
En ese momento, un mensajero real del rey Eastair, soberano del Reino del Este, irrumpió en la posada y pidió atención.

-Se hace saber- comunicó - Que los espías de su majestad el rey han verificado las historias y rumores. El brujo Thorx, exconsejero de nuestro amigo el Rey del Oeste, ha asesinado a su señor, se ha adueñado del reino y, con la ayuda de un extraño ser, planea invadir los otros tres reinos. Su Majestad ofrece cienmil monedas de oro a aquel que dé muerte a la enigmática criatura y le traiga su cabeza.
-¡Que a nadie se le ocurra ir!- gritó una mujer con acento extranjero -¡Yo vengo de allí! Y he visto lo que Thorx les hace a sus enemigos. No he visto la criatura porque dicen que Thorx la oculta de día y la tiene suelta de noche, pero he visto aldeas enteras llenas de cadáveres despedazados a causa de la bestia...
-Nadie es tan insensato para ir a dar caza a un poderoso brujo... -Dijo un campesino.
-¡Atención!- Gritó el mensajero -¡Aún no he terminado! Su majestad el rey proporcionará armas a los valientes, así como monturas y en el puerto de Maraqua un barco está esperando para atravesar el Mar Central y llegar al Reino del Oeste. Zarpará dentro de dos lunas, el tiempo suficiente para que los voluntarios puedan llegar hasta allí desde todas las partes de nuestro reino.

El mensajero se marchó y los parroquianos se quedaron cuchicheando sobre el posible futuro de los reinos y del equilibrio, mientras algunos viajeros contaban historias de los horrores que habían llegado a ver...

**Mith** Jue Mayo 22, 2008 10:54 am

... y por detras de esos rumores, un hombre vestido de blanco y negro entro en sigilo. Algunos se sorprendieron de encontrarlo vagando aun por las tierras, otros asociaban su presencia a un simbolo de malos augurios. Mith miro por encima del hombro a unos que cuchicheaban algo y su voz sono por encima de ellos

- Aunque hableis bajo, os oigo. Y no, no pienso comerme a nadie, solo vengo a hacer mi trabajo - dicho esto giro la cabeza y vio a un hombre sentado en una mesa mirandolo, nervioso. El hombre fue a levantarse apresurado pero para cuando quiso darse cuenta, una espada estaba clavada en su mano. La gente de alrededor salio disparada, pero muchos miraban el espectaculo porque sabian que iba a ocurrir

- Mierda!! - dijo el desdichado agarrandose la mano y quitando la espada, con la sangre brotando. Enseguida se tapó la mano con la chaqueta y desenvaino como pudo la espada que tenia encima de la mesa - si hace un momento estaba en la puerta, no pensaba que...

- que fuera mas rapido que un simple humano como tu? no me compares contigo escoria... - su espada chocó contra la suya - ... o deberia llamarte violador?

El hombre giraba la cabeza buscando ayuda y no la encontro. Todos los que le veian sufrir lo sabian, sabian lo que era y lo que llevaba haciendo con muchas niñas en secreto

- No tienes pruebas de nada, yo no he hecho nada! Es que nadie me va a ayudar?! este monstruo nos va a matar a todos, no veis que no es humano?!

- Yo solo cumplo ordenes, y matarte es una de ellas, quien quiera pararme puede hacerlo aunque su destino sera el mismo que el tuyo

Y sin esfuerzo alguno, le quito la espada de una simple estocada y con una su mano libre atraveso el pecho de su enemigo hasta que su brazo entero traspaso por el otro lado. Cuando su cuerpo muerto se quedo colgando, lo dejó caer. Todo su brazo estaba manchado de sangre y visceras y atonita la gente, y tapandose la boca, vieron como en aquel brazo todo rastro de sangre iba siendo absorbido hasta quedar limpio como el resto de su ropaje. Mith se dio la vuelta y se acerco a la barra sentandose al lado de un hombre que le dejo una bolsa enorme de monedas, a la vista de todo el mundo. Nadie iba a acusarle de pagar a un asesino a sueldo, alli todos sabian que aquel tipo no merecia otra cosa que acabar muerto en un charco de su propia sangre. El hombre se fue dejando solo al misterioso espadachin, y este recogio su bolsa de monedas y la ató al cinto

- Oye demonio blanco - El gordo tabernero era de los pocos que le trataban por alli, ya que era el que le informaba de cualquier trabajo - te has enterado del revuelo que ha armado ese tal Thorx?...

y asi, el tabernero le informo al misterioso hombre de lo ocurrido antes y él saco un buen puñado de monedas de la bolsa y se las dio. Aquella era su forma de decir "si", a un trabajo

**Ashayami Yahari** Jue Mayo 22, 2008 3:59 pm

Mientras tanto, en un pequeño bosque no muy lejos de ahí, caminaba a la luz del luna una viajera con una capucha sobre su cabeza, ocultando su identidad en las sombras. No sabía cuál era su destino exactamente, solo quería buscar un lugar donde pudiera pasar la noche. Caminó por un rato hasta llegar a un desierto pueblo, en el que se veían las luces encendidas dentro de las casas. Llegó hasta la posada llamada “El Cruce”, a la que entró casi sin llamar la atención. Se sentó a la barra y bajó un poco la cabeza, para ocultarse aún más de lo que ya estaba.

- ¿Se le ofrece algo? – Preguntó el posadero mientras secaba unos vasos con un gastado trapo.
- No, Nada… - Respondió la encapuchada con una voz cansada y un tanto ronca (Por lo que era difícil saber si era mujer o hombre) – Solo quiero una habitación para pasar la noche.
- Pues creo que no me queda ninguna pero de igual forma debo ir a fijarme. ¿No le gustaría tomar algo antes? – Cuestionó nuevamente mientras dejaba los vasos y tomaba un manojo de llaves.
- No. No tengo mucho dinero y no quiero gastarlo. – replicó un poco molesta.
- Bien. –

El posadero se fue caminando haciendo aquel tipo de chirrido que hacen las llaves. Ella se quedó ahí, sentada e inmóvil esperando a que volviera.

Se oía un murmullo que recorría todo el lugar; ella no había reparado en ello hasta que puso atención sobre lo que hablaban un par de personas sentadas a unas 3 sillas de distancia de ella.

- Entonces… Es verdad que el rey del Oeste ha sido asesinado… – decía uno recién llegado.
- Si, así es… Lo ha matado Thorx… - contestó uno que parecía el más viejo, ya que tenía gran parte de su cabello lleno de canas y muchas arrugas en la cara.
- ¿Thorx? ¿No era ese su consejero? – preguntó el primero.
- Claro, pero también se dice que era un brujo que gustaba de usar la magia oscura y meterse con cosas que muchos de nosotros desconocemos... –
- Y ¿qué va a pasar ahora? – dudó el joven, con un dejo de impaciencia en la voz.
- Pues hace un rato llegó un mensajero del rey y… -

El sonido del posadero agitando una llave frente a ella la sacó del hilo de la conversación.

- Estás de suerte, me quedaba una sola. – afirmó mientras le entregaba la llave en sus manos a la chica.
- Bien… gracias… - dijo levantándose de la banca de madera.
- Sube las escaleras, luego sigue recto por el pasillo y dobla a la derecha; la última al final es la tuya.

La viajera siguió las indicaciones del tabernero y llegó a su habitación. Cama de madera, sábanas gastadas por el mucho uso y un colchón en iguales condiciones. Pero a pesar de todo esto, la recámara gozaba de algo especial: tras el marco de una vieja ventana, se veía una hermosa vista hacia las montañas que bordeaban el este del reino, ya que al oeste, se localizaba el Mar Central.

La chica se quitó la capucha y dejó caer su larga melena, que, ese día, llevaba suelta. Sacó una carta de su bolsa y leyó las últimas líneas en voz baja.

“Sólo deseo que me prometas que nunca olvidarás... que yo siempre te amaré… Ashayami …”

Akemi Vie Mayo 23, 2008 3:32 pm

Aquel día Armand decidió partir, estaba harto de la monotonía de su vida, harto de lo mismo, salir de noche, alimentarse de sangre, tocar el piano, leer y volver al ataúd en las mañanas... Quería aprovechar los poderes y las habilidades que le había transmitido su maestro de alguna manera más productiva, por lo que esa noche decidió partir hacia el norte, en el Reino del Este, pensando que tal vez allí encontraría algo que lo sacara de su ensimismamiento. Y no fue menos cuando a mitad de su camino tropezó con una aldea desolada, llena de cadáveres y olores putrefactos, olores que había podido percibir desde la distancia debido a su olfato desarrollado. No comprendía lo que había sucedido allí, pero ciertamente llamaba su atención...

- Parece que la diversión ha comenzado antes de lo previsto - Susurró Armand mientras perfilaba una vaga sonrisa.

Así siguió caminando, siguiendo el aroma de cadáveres, hasta que logró divisar a lo lejos una pequeña posada que dibujaba en pequeñas letras "El Cruce", en la que decidió detenerse para pedir información. Pidió una copa mientras se informaba sobre los enormes homicidios llevados a cabo por el gran brujo Thorx, exconsejero del rey del Oeste y se recostó en una silla al fondo de la posada cubriendo gran parte de su cara con su sombrero, con los ojos inyectados en sangre como solía suceder cuando las ansias de matar se apoderaban de él.

En ese momento un extraño hombre de blanco hizo aparición en la posada y asesinó sin más miramientos a un hombre que se encontraba allí y a quien acusó de violador. Había sido testigo de principio a final de aquel asesinato y ahora vigilaba sigilosamente al demonio blanco con una disimulada sonrisa en los labios, lo suficientemente disimulada para ocultar sus colmillos que ansiaban alimentarse del preciado líquido escarlata.

También le llamó la atención una hermosa joven quien había demandado con urgencia una habitación, pero la perdió rápidamente de vista, aunque pudo vislumbrar unas grandes orejas élficas...

-Esto será más interesante de lo que esperaba- Dijo Armand para sus adentros y terminó de beberse la copa que tenía sobre la mesa.

**Hinaiseki** Mar Jun 03, 2008 4:39 am

-¿Recompensa?- Hina se sobresaltó tras escuchar al mensajero. Estaba escondida tras unos tarros vacíos debajo de la barra. Acababa de robar en la despensa de la posada y estaba esperando el momento oportuno para salir sin ser percibida.

-Recompensa...¡Oro!- su cara se iluminó por completo. No había nada en el mundo que le gustara más que el oro. Había conseguido robar algunas pocas monedas y las había amontonado en su guarida en el desván de una granja del pueblo. Era su mayor tesoro y uno de sus pasatiempos favorito era recrearse mirando su pequeña colección.

-Una montaña de oro para mí... y tal vez algunas piedras preciosas...- Su mirada se ausentó y en su cara apareció una mueca de placer como si en sus ensoñaciones estuviera contemplando el mismísimo cielo.

Tal vez la razón por la que Hina adoraba el oro y las piedras preciosas y entraba en trance sólo con pronunciarlos era porque le recordaba a su tierra natal, de donde la habían expulsado vergonzosamente. Ya que, en el Reino de las Hadas, el oro y las gemas se usan para decorar edificios, hacer utensilios o piezas de ornamento. Sin embargo, fuera del dominio de las hadas, el oro era un material demasiado valioso y sólo las personas muy ricas como los mercaderes, los nobles o la realeza poseían monedas y otras piezas de oro. Por lo que Hina se alegró exageradamente tras oir la palabra recompensa.

De repente un alboroto la sacó de sus fantasías, donde se imaginaba subida a una montaña de oro y gemas. Se limpió la baba que le colgaba por la comisura y echó una ojeada por encima de la barra desde un lugar discreto. Una especie de demonio o zombie acababa de atravesar a un humano y ahora se acercaba al posadero con paso lento y decidido. Hina volvió a meterse en su escondrijo y voló unos metros por debajo de la barra y, escondiéndose tras tarros de mermelada y vasos, llegó hasta donde estaba el tabernero justo a tiempo para escuchar como le ofrecía monedas al desconocido para que aceptara ir al Reino del Oeste en busca del tal Thorx.

-Ummm... seguiré a ese extraño cuando parta hacia el Oeste...-volvió a sumirse en una ensoñación dorada -Oro...- suspiró

**Ashayami Yahari** Sáb Jul 05, 2008 3:09 pm

Amanecía. Los primeros rayos del sol se colaban por la ventana pegándole de lleno en el rostro, haciéndole fruncir el ceño. Ashayami abrió lentamente sus ojos y se sentó en la cama. Se frotó la cara con las manos y finalmente se levantó y se desperezó.

Hacía un día hermoso. El cielo estaba, en su mayoría, despejado, pero con algunas nubes que tenían un toque anaranjado típico del amanecer, simplemente preciosas. Ella se quedó observando, –mientras sostenía en sus manos lo que se iba a poner- , la belleza de aquel paisaje del sol naciente entre las montañas que le hacía recordar el lugar que alguna vez fue su hogar. Una extraña melancolía y nostalgia empezó a nacer en su interior. Parecía ser también algo como la necesidad de un abrazo o una caricia.

Ashayami se vistió y bajó al bar por la escalera de madera, que se encontraba casi vacío, solo con alguno que otro hombre borracho dormido sobre alguna mesa y un hombre con un sombrero y capa al fondo prácticamente oculto entre las sombras, al que no le prestó mucha atención. Esa mañana ya no cargaba su capucha de viaje puesta sobre su cabeza, por lo que se podía observar con claridad que se trataba de una chica; agregando que ahora su voz se oía clara gracias al descanso tomado. El tabernero sonrió al verla sentarse.

-Hoy si no vas a decir que no quieres algo de comer o de tomar, cierto? –
- Qué le importa –pensó- Qué tiene de comer? –

Y así empezó un día más de su viaje. Terminó de desayunar y pagó lo que debía al buen-hombre posadero (N/A: xDDDDDD!!!!). Se quedó un rato ahí sentada sin hacer nada, dudando sobre lo que haría ese día. Cuando finalmente había tomado una decisión se levantó y se dirigió a la puerta, mientras observaba a aquel hombre con sombrero que había visto al bajar las escaleras en un rincón oscuro del local, pero que no había llamado su atención si no hasta ese instante. Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir como si los ojos de aquel hombre, -ocultos bajo el sombrero-, la atravesaran por completo… Un hombre cuya sed de sangre parecía ser insaciable…

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PD: De ahí Akemi decide si quiere que ese hombre sea armand O////OU...

**Hinaiseki** Lun Jul 28, 2008 8:40 am

Después del amanecer, Hina buscó por el pueblo al demonio de la noche anterior. Lo halló aún en la taberna a punto de partir (xD Lo siento Mith he usado tu personaje, pero esto no avanzaba) y logró meterse en los pliegues de la ropa del extraño sin ser percibida o, al menos, creyéndolo.

-Ji,ji,ji ¡A por el oro!-

Akemi Lun Jul 28, 2008 4:46 pm

En la noche Armand estuvo vagando por el lugar tratando de calmar su hambre... se encontraba tan sediento de sangre que cualquier víctima habría bastado para contentarlo (siempre prefería escoger a los malhechores y aquellas escorias cuya partida no significaría más que un bienestar para el mundo), pero no la encontró, el pueblo estaba vacío y los únicos rastros de vida que podía observar era los que se divisaban en la taberna.

Volvió a su lugar en el rincón del bar, cerró los ojos tratando de alejar de su mente el deseo de la sangre. Se encontraba débil y ansiaba encontrar una presa fácil, ya no le importaba si era un malhechor o algún pacifista, tan sólo deseaba alejarla de toda la gente de la taberna y matarla lejos para no despertar sospechas, pero no pudo encontrarla y prefirió descansar un par de horas.

Al amanecer todo parecía normal, la taberna siguió con su ritmo habitual, los forasteros que llegaban pedían una cerveza y se sentaban a descansar después de largos viajes, pero sobre todo entre aquella gente, destacó una joven, la misma joven que vio llegar la noche pasada, aquella con unas particulares orejas élficas que le indicaban que no era humana. Sintió el aroma de su sangre, era tan dulce que lo estaba enviciando, enloqueciendo, debía beber de ella, su sangre lo estaba llamando. En ese momento observó que la joven se levantó de su asiento y se dirigió hacia la puerta, él la siguió con la mirada tratando de ocultarse bajo su sombrero, pero dispuesto a atacarla ante el menor descuido...

**Mith** Mar Jul 29, 2008 4:35 am

Mith salio de la taberna, cruzo la calle y lo atropello un caballo. Murió al instante, su aventura terminó aqui

**Ashayami Yahari** Mar Jul 29, 2008 2:42 pm

Se detuvo antes de llegar a la puerta. Observó al hombre, pensando que tal vez podría estar dormido, y que solo fuera su imaginación la que la hiciera sentir como si la observara. Sin Embargo, aparte de eso, empezó a sentir como si la hipnotizaran, como si un mareo se apoderara de su mente, o tal vez, otra persona.

Quedó inconsciente, pero antes, sintió como si la levantasen unos brazos, tal vez, los de aquel hombre.

**Nika** Miér Ago 06, 2008 10:31 am

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Aquel caballo se dirigía hacia la salida del pueblo. Nikakuro había presenciado cómo ese caballo negro de larga crín había arrollado a su paso a un extraño hombre, que calló al suelo, fulminado.Nikakuro se apresuró a socorrer a aquel hombre que yacía en el suelo.Pero era demasiado tarde.

-mmm... no tiene pulso- Nika apartó los dedos que había colocado en el cuello de aquel hombre para comprobar si todavía tenía pulso.- Bueno, qué se le va a hacer... sería una lástima desperdiciar todo esto...

Giró la cabeza hacia ambos lados temiendo que hubiera alguien delante.Pero no había nadie, en aquel pueblo apenas se vislumbraban un par de personas paseando, sin haberse percatado del accidente.Acto seguido, Nikakuro urgó entre los bolsillos de aquel hombre muerto, y pudo obtener algunas bolsas con monedas en su interior.

-umm, estoy me vendrá bien- dijo mientras esbozaba una sonrisa de sus labios-

Nikakuro se levantó de la posición en cuclillas en la que se hallaba, después de haber desvalijado al hombre de todas las posesiones de valor que este tenía, y caminó hacia la entrada de una posada, la cual tenía un viejo cartel al lado de su entrada donde decía: ''El cruce''.

**Hinaiseki** Miér Ago 06, 2008 10:44 am

Hina creyó que viajaría en un lugar cómodo hasta llegar dondequiera que estuviese aquel tal Thorx por el que le darían oro. Pero nada más ocultarse en las ropas de aquel ser, había sentido como si lo hubieran zarandajeado y rodado por el suelo. Después todo se calmó.

Se sintió un poco mareada, hasta que oyó como se movían solas las bolsas de dinero que llevaba. Entonces, el tintineo de las monedas le hizo recuperar el ánimo, salió disparada de su escondrijo con el pelo alborotado y la ropa arrugada y vio cómo otro hombre se alejaba feliz con las saquitas en las manos. El tipo había muerto ¿qué más le daba a ella? Sin embargo no podía tolerar que la alejaran de aquellas bolsas.

-¡Eh tú!- le gritó enfurruñada a la persona que caminaba en dirección a la taberna -¡Eso me pertenece! Y si no me las devuelves le contaré a todo el mundo lo que has hecho y además te lanzaré un hechizo -lo apuntó con el dedo.

Akemi Miér Ago 06, 2008 2:58 pm

Armand observó cómo la chica elfa caía al suelo y se apresuró para sostenerla, pero estaba inconciente. La levantó y la posó sobre un incómodo sofá agujereado que había en la taberna. La observó detenidamente y de repente sus ojos se inyectaron de sangre, acarició su piel y notó lo suave que era, lo cual le provocó un intenso escalofrío que le incrementó su hambre. No podía aguantar más, debía hacerlo, en la taberna, en el exterior, a solas, en una multitud, le daba igual, sentía que iba a morir si no bebía su sangre.

Justo cuando sus colmillos se encontraban a pocos centímetros del cuello de la elfa y cuando ya podía sentir el latir de su corazón e imaginar la sangre corriendo por su boca, sintió una presencia que se acercaba. En realidad eran dos, dos seres de distinto origen pero con un poder mágico y espiritual bastante notable lo cual lo hizo alejarse de la chica de inmediato. Se sentó en el sillón cerca del sofá donde siempre solía sentarse, en la oscuridad, y esperó con los brazos cruzados oculto bajo su sombrero, a que estos dos seres aparecieran a la entrada de la taberna, mientras perfilaba una vaga sonrisa.

**Nika** Miér Ago 06, 2008 3:13 pm

Antes de que Nikakuro pusiera un pie dentro de aquella posada, vio como una aguda vocecilla se oía detrás de él. Se giró y pudo ver como un hada revoloteaba alrededor de él.

-Un... hada? Vaya, nunca había visto una....

Nikakuro se paró en el sitio, y observó cómo aquel hada parloteaba, hasta que decidió contestarla:
-Tranquila, pequeña...., ¿qué es lo que dices que es tuyo? -justo al terminar esta frase, Nikakuro hechó una mirada a los sacos de monedas que llevaba bajo su capa, los que había robado a aquel hombre, y comprendió a lo que aquel hada se refería- ¿tú eras amiga de ese tipo? De todas formas, los hadas tienen en sus bosques muchísimos lujos.... no comprendo porqué quieres........ um, esta aldea es de humanos....... será mejor no hablar aquí.........

**Hinaiseki** Miér Ago 06, 2008 3:49 pm

Hina le sacó la lengua al que ahora era su enemigo número uno, indignada, y le siguió apuntando con el dedo lista para lanzar un hechizo. Luego desistió y se posó en el hombro del hombre, se fue arreglando el pelo y recolocándose las ropas mientras él caminaba hacia el interior de la taberna. Estaba muy molesta y tenía rabia acumulada, así que dio un resoplido pero, no contenta con eso, le mordió la oreja a aquel ser.

-¡Jum!

**Nika** Miér Ago 06, 2008 3:58 pm

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Nikakuro permaneció inmóvil esperando una reacción del hada, la cual se aproximó y antes de que pudiera reaccionar, ésta se encontraba en su hombro. Nika pensó que se había dado por vencido, y caminó hacia el interior de la taberna, donde poder hablar con el hada sin que nadie se diese cuenta, a pesar de que si se iba a un rincón a hablar le tomarían por un loco que habla solo. Al dar unos pasos hacia el interior de la posada, el hada que se encontraba en su hombre, le mordió la oreja.

-Auch! - gritó Nikakuro, a la vez que se llevaba la mano a su oreja- maldita sea!

Las pocas personas que había en aquel lugar, se giraron hacia el joven mago para ver lo que había ocurrido, de entre ellos pudo ver en un rincón un tipo con un aura diferente al resto.Nika continuó acercándose a la barra para pedir algún manjar que alimentara su hambriento estómago, también tenía intención de pedir alguno para su pequeña acompañante, como muestra de su conducta hospitalaria.

**Hinaiseki** Miér Ago 06, 2008 4:39 pm

-Que eso te sirva de lección- le reprendió -Y no quiero cerveza ¿quieres ahogarme en una jarra y llevarte mi oro?

Tal vez Hina fuera una mala hada que no sabía ni lanzar un triste hechizo, pero era mágica y había cosas que notaba por instinto. Miró en derredor y le habló al oído a su acompañante:

-Tú hueles a orco... Y aunque aquí huele a salchichas grasientas y al sudor del tabernero puedo oler perfectamente a una elfa -Señaló a una figura que parecía estar sentada, aunque estaba lasa- Pero a lo que más apesta a es vampiro ¿ves a ese extraño que intenta pasar desapercibido? Pues haz algo con tu magia porque no me fío de esos seres -Le pellizcó la oreja a modo de advertencia.

**Nika** Miér Ago 06, 2008 4:57 pm

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Nikakuro, tras oir las palabras del pequeño hada, giró su rostro hacía el rincón donde se encontraba el tipo misterioso, y a unos pasos de él, una joven recostada en uno de los sillones, que parecía dormir.

-No le atacaré, él no me ha hecho nada- Giró la cabeza hacia la jarra de cerveza que había pedido, la agarró por el asa, y bebió de ella- Puaj! qué porquería es esta! - apartó en seguida la jarra y la dejó sobre la barra.
-No le gusta nuestra cerveza, señor? -preguntó el posadero.
-La verdad es que no, tráigame un vaso de agua, por favor- dijo negando con la cabeza - ¿quién es la joven que duerme en aquel sillón?
-Ah, esa. La verdad es que no la conozco mucho, vino ayer para quedarse a dormir, y hoy cuando me quise dar cuenta, estaba ya ahí tumabada.
-Um.... ya veo... ¿y aquel tipo misterioso? -preguntó Nikakuro intentando sonsacar algo de información, ya que había oído que los hadas eran muy perspicaces, y quiso despejar la duda de si aquel hada llevaba razón.
-No sé nada de él, no ha comido nada ni ha pedido nada, ya lleva ahí un buen rato, desde la pelea de anoche.
-Pelea?- Preguntó Nikakuro, ahora con más interés
-Sí, ayer un tipo que vestía de blanco mató a un violador- respondío el posadero intentando no dar muchos detalles de aquello-

Nikakuro, al ver que aquel hombre no quería contar más, permaneció en silencio bebiendo de su vaso de agua.

Akemi Miér Ago 06, 2008 6:33 pm

Armand observaba en su habitual rincón a los dos peculiares seres a quienes había estado esperando. Notaba que lo observaban disimuladamente y hablaban entre si, cosa que no le agradó, así que para evitar confusiones y odios innecesarios decidió actuar.

Se levanto lentamente de su asiento, echó un rápido vistazo hacia la elfa que continuaba inconsciente y caminó un poco mareado por la falta de sangre hacia los dos seres, suavemente, como mecido por el aire y aún oculto bajo su sombrero. Una vez en la barra se sentó junto al humano y habló:

-Y bien? Deseábais decirme algo?- dijo en un susurro que parecía confundirse con el viento.

**Hinaiseki** Jue Ago 07, 2008 9:59 am

Hina se asustó al oir la voz de aquel ser y sin pensarlo, apuntó con la palma de su mano hacia él y recitó las palabras mágicas para lanzar una bola de fuego. En lugar de eso, una boñiga de vaca cayó sobre el pelo del desconocido justo en el momento en el que el hada se metía asustada en las ropas de su nuevo acompañante, protegiéndose.

Akemi Jue Ago 07, 2008 10:06 am

Con una sonrisa en sus labios Armand limpió su pelo mientras miraba amistosamente a la pequeña hada y le decía:

-Con esos poderes sólo lograrás que tus enemigos se burlen de ti. -

Después de pronunciar estas palabras miró hacia el humano con el ceño fruncido y dijo:

-No creo que hayas sido tú quien le ha enseñado estas gracias al hada. ¿Viene contigo?-

Acto seguido pidió una copa de vino tinto y esperó la respuesta del desconocido.

**Nika** Jue Ago 07, 2008 10:57 am

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Nikakuro permaneció en todo momento inmóvil, tranquilo y sosegado, como si tuviera el control de todo y no se preocupara por nada.

-Vaya, supongo que este hada no puede lanzar hechizos... - dijo a la vez que se levantaba de donde estaba sentado y dejaba su vaso de agua sobre la barra- Entonces es sólo una molestia para mí....

Nika rebuscó entre sus ropas para coger al hada que se encontraba escondida, mientras tanto el posadero miraba atónito como aquellos escrementos había aparecido de la nada.

-Por favor, olvide este suceso- dijo Nika, ala vez que mostraba como en su mano derecha sostenía atrapado al hada.-.......limor........ - susurró Nika sobre el hada, de tal manera que casi no se escuchó lo que decía.

Akemi Vie Ago 08, 2008 1:51 pm

-Limor.... sólo cierta clase de magos conocen la existencia de ese hechizo... creo que tenemos mucho que hablar... Pero antes debo encargarme de un asunto, ya que de lo contrario no podremos continuar hablando por mucho tiempo.-

Con una leve sonrisa, Armand se levantó de su silla y se dirigió con paso decidido hacia donde se encontraba tendida la elfa. La observó detalladamente y el aroma de su sangre lo volvió a enloquecer, hizo que revivieran sus ansias asesinas, y sintió que ya no podría controlarse. Se quitó el sombrero dejando que su pelo cayera suavemente sobre su rostro y se arrodilló cerca del sillón, al lado de la chica, acercándose a su oído y susurrando las siguientes palabras:

-Lo siento, no te mataré, pero te haré un poco de daño. No sufrirás cambios, no te transformarás en nada, pero me odiarás cuando despiertes...-

Acto seguido Armand introdujo una mano debajo de la cabeza de la elfa para poder levantarla levemente, la movió hacia un lado para dejar su cuello al descubierto y sin titubear ni un segundo más clavó los colmillos delicadamente en su carne. La sangre corrió, corrió finalmente libre, a borbotones, cálida, suave como un fino paño de seda, llenando cada extremo de su cuerpo, revitalizándolo, dándole una energía sobrenatural que lo asombró. Quería seguir, pero se dio cuenta de que un minuto más podría matarla.

-Es suficiente... espero que algún día me perdones.-

Una vez alimentado y lleno de una energía poderosa y completamente nueva para él que siempre se había alimentado de gente inútil para el mundo, se dirigió alegre, con una marcada felicidad en su rostro, hacia donde estaba el humano, para continuar la charla que habían comenzado.

**Nika** Lun Ago 11, 2008 9:17 am

-LIMOR!! - gritó Nikakuro, esta vez con un fuerte tono de voz, haciendo asíque todos los humanos que había en el bar, aunque muy pocos, cayeran en un profundo sueño y no pudieran ver lo que aquel vampiro se dirigía a hacer.- Detente estúpido!!!!! - Gritó Nika a aquel vampiro, que pareció no oir absolutamente nada.

Cuando Nikakuro se dio cuenta, aquel vampiro ya había bebido la sangre de aquella elfa, aunque por suerte, ningún humano había presenciado nada, ya que todos estaban profundamente dormidos, tirados por el suelo.

-¿Pero cómo se te ocurre? insensato! -Dijo Nikakuro al vampiro, con un tono de voz elevado, para que le pudiera escuchar bien, pero aún así, sereno y calmado, intentando ocultar su sobresalto.

Akemi Lun Ago 11, 2008 1:59 pm

-Lo siento humano, pero cuando la necesidad se apodera de mi no me importa quién esté mirando- Confesó Armand un poco apenado y mirando hacia el suelo... -No debí permitir que el hambre se me acumulara de esta manera... pero no pude evitarlo... de todas maneras te agradezco tu labor-

Armand se levantó de su asiento dejando atrás la alegría que antes lo había embargado, y recordando lo que había escuchado la primera vez que llegó allí sobre el malvado brujo Thorx, se dirigió hacia la puerta de la taberna, dispuesto finalmente a hacer lo que llevaba planeando todo ese tiempo.

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