La canción de la Oscuridad: El camino hacia Thorx

Ashayami despertó y se sentó lentamente en el sofá donde se encontraba acostada. Se sentía débil y confusa, y también sentía un punzante dolor en su cuello, por lo que llevó su mano a él; no sabía cuánto tiempo había estado inconsciente. Se levantó tambaleante, con los ojos entrecerrados y se apoyó en una columna de madera. Observó que frente a la puerta se encontraba un hombre. El mismo hombre del sombrero que había visto antes de perder la conciencia. No sabía porqué, pero sentía como si su existencia se encontrara muy ligada a ese extraño ser, con quien nada tenía que ver. Caminó, como por instinto y tal vez un poco apresurada, para llegar a estar justo atrás de él, y preguntarle, finalmente...

- Tu... Quién... - le dijo y abrió más sus ojos para observarle detalladamente - ...Quién eres tu?

Armad se sorprendió al ver que la elfa que se encontraba inconsciente minutos antes le estaba hablando en ese momento, aunque en parte se alegró de saber que al beber de ella no le había causado ningún daño, sólo una fatiga notoria.

-Soy... soy Armand- Dijo bastante sorprendido, pues pensaba que la chica le insultaría y odiaría en vez de preguntarle quién era.. aunque a lo mejor ella aún no había logrado comprender lo que había pasado, por lo que todavía no había dado lugar al odio.

-Soy Armand- Dijo de nuevo, y continuó hablando casi en un susurro -Soy un vampiro... y el olor de tu sangre me enloquece, así que aléjate de mi- dijo mientras caminaba fuera de la taberna.

Nikakuro vio cómo el vampiro se alejaba hacia la puerta, y cómo aquella elfa despertaba e intercambiaba unas palabras con el vampiro. En cuanto aquel ser del sombrero se apresuró a salir hacia la calle, Nikakuro corrió a alcanzarle, apartando bruscamente con su bastón a la elfa a su paso.

-Tú... un momento... -dijo Nikakuro al vampiro, mientras se detenía tras él - ¿Qué hace un ser como tú por estas tierras?

-Lo mismo que un ser como tú, un hada y una elfa hacen aquí- Respondió Armand seriamente pero sin ánimo de ofender. En realidad había huido de su tierra nada más para alejarse de la continua presión de su vida, para experimentar, conocer, vivir... estaba cansado de ser considerado un monstruo asesino, un ser del cual había que huir, por lo que prefirió vagar sin rumbo. Y ahora que había oído sobre el malvado brujo Throx y veía la posibilidad de hacerse cargo de él, no iba a dejar pasar la oportunidad... la oportunidad de que finalmente se le viera como parte del mundo y no fuese ignorado como lo había sido hasta ahora.

Teniendo todos estos pensamientos rondando su cabeza, finalmente añadió:
-Estoy aquí para vivir- y siguió su marcha como si nada lo hubiese interrumpido.

Ashayami cayó al piso al ser empujada por el humano en su desesperado intento por salir a perseguir al vampiro.

-Ar… Armand…- susurró para si mientras su mirada se perdía en el suelo.

Se levantó difícilmente. Estaba cansada y aún se encontraba mareada. Esta vez, fue ella la que salió de la taberna y empujó suavemente al humano, quien se encontraba parado justo en frente de la puerta obstaculizando su camino. Se quedó seria, mirando perdidamente al vampiro seguir su camino y perderse cada vez más en la distancia. Ella ya no tenía nada que hacer ahí, y a pesar de que el vampiro le había dicho que debía alejarse, había algo en él que llamaba su atención y que la incitaba a hablarle, aunque no supiera de qué. Sentía como si lo conociera, como si lo hubiera visto antes. Por ende, se dedicó a seguirle, silenciosamente.

já.... -rió con tono ácido Nikakuro, al cual no le había sentado nada bien la importancia que se dio aquel vampiro. - en fin, se encuentra bien, señorita? - dijo Nika intentado parecer amable, aunque su voz era más bien de indiferencia- ese vampiro chupó su sangre... ya me encagargaré de él en otro momento -esbozó una leve sonrisa de medio lado - y bien, ¿qué hace una elfa por estos lares? - dijo Nikakuro, queriendo saber, él solo quería saber, saberlo todo, como buen mago que era, tenía interés por todo y quería saber.

Hina despertó en ese momento. Se sentía confusa: hace un segundo estaba en la taberna, ahora estaba entre ropas. Olía a sudor allí dentro. Se abrió paso con sus manitas entre la ropa y salió a la luz del día, sintiéndose más contrariada al ver que estaba fuera de la taberna. El vampiro se alejaba por el camino, la elfa estaba allí de pie y se dio cuenta de que el lugar del que había salido era la túnica del tipo de antes. Entonces comprendió:
-¡Eh, tú! ¿Qué me has hecho, cabrón?- gritó indiginada -¡Bah!
Miró hacia el camino por el que se alejaba el vampiro y decidió que ella pasaba de todo aquello. Al fin y al cabo ¿qué más le daban unas monedas si podía conseguir muchas más acabando con Thorx o... uniéndose a él? "Si no puedes con tu enemigo, únete a él" pensó "Soy buena espía, se me da bien esconderme" Y echó a volar hacia el sendero que se perdía entre pequeñas arboledas y campos de cultivo rumbo hacia el puerto de Maraqua donde aún esperaba el barco que zarparía hacia el Reino del Oeste dentro de algunas lunas.

- ... -

Ashayami no se sentía con ánimos de responderle a aquel humano, y mucho menos después de haberla tirado al piso, ya que le costó un buen esfuerzo levantarse. Lo miró seria, indiferente, y para no parecer grosera, malcriada, etc, solo le dedicó unas pocas palabras.

- No lo se. Solo busco mi destino. -

Dicho esto, se volteó y empezó a caminar un poco lento y tambaleante, apoyándose en lo que encontrara, en la dirección por donde se había ido el vampiro. Quería seguirle, sin ser notada.

tsk..... -gruño Nika ante tal atrevimiento de la elfa- Varena! - Exclamó Nikakuro, haciendo que la elfa cayera al suelo, atrapada por las hiedras. Tras esto, Nika avanzó unos pasos por delante. - Iniétsala.......... - Apareció un alo de luz alrededor de Nika, y tras unos instantes se encontró en un puerto, donde varios barcos se encontraban con la velas izadas, Nika pudo leer un cartel donde ponía ''Maraqua''. Tras haber hecho dos hechizos de seguido, Nika se encontraba muy cansado, agotado, estaba casi jadeando, ya que este último hechizo que le permitió transportarse a aquel lugar vislumbrado en la mente del vampiro, había sido muy dificil de realizar; por lo que se limitó a observar aquel lugar, sin dar un paso. Varios hombres transportaban cajas al interior de uno de los barcos, posiblemente el más grande de todos. Nika permaneció unos instantes parado en el sitio, pues se preguntaba porqué aquel sitio estaba en la mente del vampiro con tanta intensidad. Nika obtuvo este don de su madre humana, que fue una maga muy poderosa, capaz de ver aquellos sentimientos más intensos de las mentes de cada ser. En aquel vampiro lo que vio fue este lugar, y a la chica, aquella elfa que ahora estaba atrapada por las hiedras, para evitar así que fuera tras aquel vampiro, que solo la acercaría a su muerte. Nika pudo ver también que ese era el sentimiento más intenso de la elfa... aquel vampiro.

Permaneció allí quieto, hasta que el cielo comenzó a obtener un tono anaranjado, entonces uno de los hombres que cargaban cajas y barriles pasó por su lado, entonces Nika puso una de sus fuertes manos en el hombro del hombre que pasaba - Hola, perdone mi atrevimiento pero... ¿ese barco tan grande pertenece a su majestad? Me pareció ver el símbolo real ahí escrito...

- Oh si, es de su majestad el rey Eastair, el que llega al reino del oeste para combatir a Thorx- dijo aquel hombre, de barba marrón, con un parche en su ojo izquierdo, y varios dientes mellados. Tambien tenía un tatuaje de un pájaro en el brazo donde Nika había puesto su mano.

-Thorx?................... - Preguntó Nika, esperando, por fin, saber.